sábado, 2 de noviembre de 2024

Los sepulcros de la iglesia de Sancti Spiritus

Alfonso IX de León, con su reino constreñido entre los de Portugal y Castilla, territorios ambos desgajados del solar leonés en el siglo XII, solamente fue capaz de agrandar sus dominios tomando Salamanca como base de operaciones para conquistar la ciudad de Cáceres en 1229 y las de Mérida y Badajoz en 1230, el mismo año de su muerte. Siendo la guerra una de las principales faenas de un rey medieval, no era menos importante la de la política de alianzas, así que en 1191 el monarca leonés se casó con su prima Teresa de Portugal, con la que tuvo un hijo y dos hijas, y, tras la anulación papal del vínculo en 1196, contrajo un año después matrimonio con su prima segunda Berenguela de Castilla, que le dio cinco vástagos entre ellos el siguiente rey de León, Fernando III y de la que se vio forzado a separarse en 1204, de nuevo a causa del molesto asunto de la consanguinidad.

Viendo truncadas las alianzas con los reinos luso y castellano, Alfonso IX recurrrió al concubinato —una especie de matrimonio civil ante el que el papa solía hacerse el tonto— para establecer vínculos con familias nobles de los territorios fronterizos, que a cambio de sumar sangre real a su linaje estarían dispuestas a apoyarle en caso de conflicto con los reinos vecinos. Inés Íñiguez de Mendoza, Estefanía Pérez de Faiam, Aldonza Martínez de Silva y Teresa Gil de Soverosa fueron las cuatro nobles damas que fueron reinas extraoficiales de León, a las que hay que añadir a una salmantina a la que conocemos simplemente como Maura. Entre unas y otras, siete hijos y once hijas, todos orgullosos cachorros de León.


Medallón en la plaza Mayor de Salamanca dedicado a Alfonso IX de León, monarca al que las guerras y los líos de faldas todavía le dejaron tiempo para fundar el Estudio General de Salamanca en 1218. Sus ex suegros, los reyes de Castilla, hicieron lo propio en Palencia seis años antes. Alfonso X de Castilla y de León, nieto del primero y bisnieto de los segundos, daría el título de Universidad al Estudio de Salamanca en 1252.

En todo caso, podemos decir que la mujer de su vida, o por lo menos con la que más tiempo estuvo, fue Teresa Gil de Soverosa, una noble portuguesa con la que convivió doce años desde 1218 hasta su muerte. De esta unión nacieron tres hijas, Sancha, María y Urraca, y un hijo, Martín Alfonso de León, cuyo sepulcro y el de su esposa, María Méndez de Sousa, se conservan en el presbiterio de la iglesia de Sancti Spiritus de Salamanca, templo que es el único resto que permanece en pie del monasterio del mismo nombre, fundado por la pareja en 1268 y cedido a la Orden de Santiago al año siguiente.




Sepulcro de Martín Alfonso, hijo de Alfonso IX de León, y algunos detalles del mismo.

No conocemos dónde se encontraba el niño de diez años Martín Alfonso cuando se desató la crisis que se vivió a la muerte de su padre, ni siquiera sabemos si se le consideró como candidato al trono de León, pero se cree que Teresa Gil de Soverosa y sus hijos optaron por refugiarse en tierra gallega, donde la madre ostentaba un gran poder, para prudencialmente mantenerse lejos de la corte de Fernando III, monarca de Castilla desde 1217 y de León desde 1230, y sobre todo de su progenitora Berenguela. Pero la reina madre de Castilla y de León era una mujer que tenía solución pacífica para todo, así que fomentó las buenas relaciones entre ambas familias del difunto rey leonés por medio de su nieto, el infante Alfonso, futuro monarca X de su nombre, que a la sazón era sobrino de los hijos de Teresa.






Sepulcro de María Méndez de Sousa luciendo el emblema de consorte de un hijo del rey de León y los luneles propios de su apellido Sousa.

Hasta tal punto fue estrecha la relación que el infante Alfonso tuvo una hija con su tía María Alfonso de León en 1241, a la que además pusieron por nombre Berenguela, no sabemos si para aplacar la ira de la abuela monarca o más bien en reconocimiento a las buenas artes políticas de la misma, con las que había logrado convertir en aliada a una familia que podía haber sido feroz enemiga. Además, en 1251, el rey Fernando III otorgó a su medio hermano Martín Alfonso la tenencia de la ciudad de Salamanca, aunque en esta concesión pudo tener un papel intermediador el infante Alfonso, que había tenido con anterioridad la ciudad y que en ese momento era quien gobernaba el reino leonés en representación de su padre.


Detalle del sepulcro de Sancha Alfonso, hermana de Martín, fallecida en 1270 y también enterrada en un monasterio femenino de la Orden de Santiago, el de Santa Eufemia de Cozuelos (Palencia). El emblema del león acompañado de flores lis reivindica su pertenencia a la familia real leonesa.

Martín Alfonso Gil de Soverosa mantuvo la tenencia de la ciudad del Tormes hasta el año 1267, convirtiéndose en uno de los principales personajes de la corte castellana y leonesa desde que su sobrino Alfonso fuera proclamado rey en el año 1252.



En la iglesia de Sancti Spiritus en Salamanca podemos ver estos escudo que no son contemporáneos de los sepulcros, pero que seguramente son copia de unos más antiguos, ya que contienen el león y la flor de lis, muestra de la pretensión de los Gil de Soverosa de pertenecer a la familia real leonesa, aunque la matriarca hubiera sido concubina de Alfonso IX y no su esposa, con lo que su descendencia no tendria derechos sobre el trono.

Martín debió de fallecer después del 3 de noviembre de 1269 y antes del 17 de abril de 1272, fecha en la cual María Méndez de Sousa, declarándose viuda, donó varias heredades al monasterio de Sancti Spiritus de Salamanca, según se menciona en la documentación de dicho cenobio, nacido a comienzos del siglo XIII como encomienda para acoger a las esposas de los caballeros salmantinos que partían a la guerra, motivo por el cual las monjas adoptaron el nombre de Comendadoras. Más tarde, la adscripción de este convento a la Orden de Santiago por donación de Martín Alfonso y María Méndez hizo que fuera conocido como de las Comendadoras de Santiago.



Escudos en el interior de la iglesia de Sancti Spiritus de Salamanca que representan a Martín Alfonso de León como caballero de la Orden de Santiago y a María Méndez de Sousa como perteneciente al linaje de los reyes de Portugal. 


Armas y efigies de los fundadores del monasterio de Sancti Spiritus de Salamanca.

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