jueves, 12 de junio de 2025

Berenguela de León, reina de Jerusalén y emperatriz de Constantinopla

Hoy queremos hablaros de una infanta leonesa, de nombre Berenguela, hija de Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla, que llegó a ser reina de Jerusalén y emperatriz del Imperio Latino de Constantinopla.


Berenguela de León, reina de Jerusalén entre 1224 y 1225 y emperatriz de Constantinopla entre 1231 y 1237.

Nuestra historia comienza cuando el noble francés y rey de Jerusalén Juan de Brienne visitó la corte castellana de Fernando III en marzo de 1224, donde tuvo la oportunidad de entrevistarse con la reina madre Berenguela. El monarca jerosolimitano en el exilio iba de camino a la corte leonesa y en peregrinación a Santiago de Compostela y, unos meses antes, había pasado por la corte de París, donde había conocido a Blanca de Castilla, la reina de Francia, hermana de la monarca castellana.


El conde francés Juan de Brienne, rey de Jerusalén desde 1210 a 1225 y líder de la Quinta Cruzada.


Llegada de Juan de Brienne a Acre y su coronación como rey de Jerusalén.

Gracias a ambas entrevistas se concertó un matrimonio, el de Juan de Brienne y Berenguela de León, hija de la reina madre de Castilla y de Alfonso IX de León y, a la sazón, sobrina de la monarca francesa. En el momento del enlace ella tenía veinte años y él unos cincuenta. Pero, ¿por qué motivo se entregó la infanta leonesa a un buscavidas entrado en años y dos veces viudo como Juan de Brienne? Buscavidas, sí, porque el caso es que el aventurero y cruzado francés tenía el título de rey, pero no tenía reino, ya que Jerusalén estaba en manos musulmanas desde que Saladino la tomara en el año 1187. Además, por entonces solamente era regente, ya que su primera esposa, María de Montferrato, la propietaria del reino, había fallecido a finales de 1212, heredando el trono su hija Isabella II, menor de edad, que terminaría casada con el emperador germano Federico II, que, desde luego, no iba a permitir que nadie más que él ostentara el título de monarca jerosolimitano. Así que, sin reino y sin corona, Juan apostó de nuevo a ser rey casándose en 1214 en segundas nupcias con la hija del monarca León II de Armenia, Estefanía, de la que enviudó en 1220.


Dibujos marginales de espadas acompañadas por los escudos de armas invertidos del reino de Jerusalén y de su monarca Juan de Brienne, modo del que se da cuenta de su fallecimiento. La mitra y el báculo invertidos hacen referencia a la muerte de Ricardo II, obispo de Durham. Imagen tomada del folio 125v de la Historia Anglorum, Chronica majora, Parte III.

Las prisas de las hermanas Berenguela de León y de Castilla y Blanca de Francia por casar a Juan de Brienne con la infanta Berenguela, hija de la primera, estaban motivadas por el deseo de evitar que éste se desposara con la infanta Sancha, la hija mayor de las dos que Alfonso IX de León había tenido durante el matrimonio con su primera esposa, Teresa de Portugal. La reina Berenguela, la segunda esposa del monarca leonés, defendía así los intereses de su hijo Fernando III de Castilla, que aspiraba a ser rey también de León tras la muerte de su padre. De este modo, sacrificando una dama, la infanta Berenguela, el hermano y bisoño rey castellano tendría más fácil hacerse con otro reino al no tener que competir con otro candidato varón, que además era un conocido cruzado muy apreciado por el papa.


Escudo de armas del reino de Jerusalén.

Aquella operación de matrimonio castellano-jerosolimitano no fue precisamente barata, no en vano se trataba de convencer a Juan de que renunciara a la posibilidad de ser, ni más ni menos, que rey consorte de León, así que la reina madre castellana se vio abocada a dotar a su hija homónima generosamente y a pagar todas las cuantiosas deudas que acumulaba el que iba a convertirse en su yerno. De este modo, el rey cruzado quedaba libre de cargas, se llevaba una esposa mucho más joven que la que le había ofrecido en principio y, para rematar, entroncaba con un solo matrimonio con la casa real castellana y con la leonesa.


Moneda de Juan de Brienne como rey de Jerusalén.

En 1225 Federico II del Sacro Imperio Germánico, yerno de Juan de Brienne, le despojó de todos los derechos que pudiera ejercer sobre el reino de Jerusalén, así que la infanta leonesa solamente fue monarca jerosolimitana durante un año. No obstante, tres años más tarde, Juan y Berenguela recuperarían su condición de monarcas al convertirse en emperadores-regentes del Imperio Latino de Constantinopla, teniendo a su cargo, como tutores, al heredero, Balduino II, por entonces menor de edad. María de Brienne, de cinco años, hija de los regentes, fue prometida al niño emperador. De este modo, madre e hija terminaron siendo, contra todo pronóstico, co-emperatrices de Constantinopla.


Armas del Imperio Latino de Constantinopla. 

Los últimos años de vida de Juan y Berenguela no iban a ser precisamente tranquilos, ya que Constantinopla sufrió entre 1235 y 1236 el asedio de las tropas aliadas del emperador de Nicea Juan III Ducas Vatatzés y del zar búlgaro Iván Asen II. Juan de Brienne murió el 27 de marzo de 1237, a la edad de sesenta y un años, y su esposa Berenguela pocos días después, el 12 de abril de 1237, con treinta y tres años, probablemente ambos a causa de la peste que se había apoderado de la ciudad durante el largo asedio al que había estado sometida.


Posible tumba de Juan de Brienne en la iglesia de San Francisco en Asís. Todo parece indicar que el cruzado tomó el hábito franciscano en sus últimos días.

Aparte de la primogénita, María, Juan y Berenguela tuvieron tres hijos: Alfonso, Luis y Juan, que quedaron huérfanos de padre y madre y rodeados de enemigos a las edades aproximadas de nueve, siete y cinco años respectivamente. No sabemos exactamente cómo se desarrollaron los hechos, pero alguien, quizá su abuela materna Berenguela de Castilla y de León o su tía abuela materna la reina Blanca de Francia, o ambas, se las arregló para sacar a los niños del avispero de Constantinopla y llevarlos con sus parientes a la corte francesa, pasando los tres más tarde, ya de adultos, también por la castellana-leonesa, donde figuran como testigos en diplomas rubricados por su primo el rey Alfonso X.

Con el paso del tiempo el primo de Berenguela de León, Luis IX de Francia, nombró a Alfonso de Brienne gran chambelán de Francia, adquiriendo luego por su matrimonio también el título de conde de Eu. En 1265, acudió a la llamada de Alfonso X de Castilla y de León para combatir a los musulmanes norteafricanos. Allí mostró un gran valor, lo que le valió un mensaje de felicitación del papa Clemente IV.​ Acompañó luego a Luis IX durante la Octava Cruzada, contrayendo, al igual que el rey galo, la disentería o la fiebre tifoidea, no se sabe cuál de las dos enfermedades exactamente, muriendo en agosto del año 1270.


Armas de Alfonso de Brienne. Los tres hermanos Brienne eran nietos de Alfonso IX de León y bisnietos de Alfonso VIII de Castilla. 

El segundo hijo varón, conocido como Luis de Acre por el lugar de su nacimiento, se casó con la vizcondesa Agnès de Beaumont y Maine, y se cree que hacia 1255 estaba instalado en la corte de su primo carnal el rey Alfonso X de Castilla y de León.



Sepulcros de Agnès de Beaumont y de Luis de Brienne, fallecido en 1297, en la abadía francesa de Nuestra Señora de Étival-en-Charnie.


Vidriera en una capilla de la abadía francesa de Nuestra Señora de Étival-en-Charnie en la que se representa a Agnès de Beaumont y a Luis de Acre.

El benjamín, Juan, llegó a alcanzar el cargo de gran mayordomo de Francia. En 1275, Felipe III de Francia lo envió a Castilla para representar los intereses de los infantes de la Cerda, los hijos de su hermana Blanca y del infante Fernando de la Cerda, el primogénito de Alfonso X, que había fallecido ese mismo año.


Biografía de Juan de Brienne publicada en el año 2013 por la Universidad de Cambridge.

Berenguela de León, reina de Jerusalén y emperatriz de Constantinopla

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